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Alex Núñez promete una temporada distinta en Margarita

05/11/2019

Alex Núñez Fotos: Prensa Bravos de Margarita

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Valencia.- Alex Núñez fue el primer miembro de los Bravos que salió al terreno del Estadio José Bernardo Pérez. Para cualquier aficionado desprevenido pasaría por un jugar más del equipo insular, pero se trata de su manager, que apenas el año pasado trataba de ayudar a Margarita como pelotero activo.

“Ya he podido digerir el cambio de un bate por un fungo, de preocuparme no sólo por mi trabajo, sino por el de 40 peloteros, por todo un equipo. Esto se trata de entereza, trabajo, comunicación y buenos ánimos”, asegura, rodeado de micrófonos, después de lanzar el primer turno de la práctica de bateo. Es el principal centro de atracción de su club, aunque no lo quiera.

Núñez, tal vez el mejor bateador emergente en la historia de la LVBP y una pieza que encajó en el en los engranajes de cuatro campeonatos de los Tigres de Aragua, no para de hablar, se siente cómodo frente a los medios, tiene una respuesta para todo.

“El reto comenzó hace 27 años, cuando vendía maltas en este estadio. Después me tocó debutar aquí como pelotero en 1999 y hace cuatro años me quedé campeón aquí, en el 50 aniversario de los Tigres. Ahora, me estreno como manager. Es un privilegio y un orgullo. Es un regalo de los dioses del beisbol. Es un compromiso enorme”.

Núñez no se guarda nada. Confiesa que le ha costado conciliar el sueño desde que recibió la primera llamada del alto mando margariteño.

“La decisión era íntegra mía. Iba a anunciar mi retiro en las prácticas y eso se adelantó. Hubo muchas conversaciones, dos meses antes de la temporada. La gerencia del equipo me dijo que lo pensara, que lo analizara. Hablábamos casi todos los días. Me llamó el gerente deportivo, el gerente general, el dueño. Hasta que llegó el momento de definir. Pero antes de estampar la rúbrica estuve una semana en Margarita, a puertas cerradas, siete horas diarias, tratando de entender, sopesar y finalmente aceptar. ¿Cuánto he dormido desde entonces? Muy poco”.

El valenciano, de 38 años de edad, es uno de los seis pilotos debutantes en la campaña 2019-2020 de la LVBP, pero no es algo en lo que se detiene a cavilar. No hay tiempo para sacar esas cuentas. Es el momento de pensar en grande, en ir a por todo. Así suene osado.

“(Los ejecutivos del club) quedaron convencidos con mi plan de trabajo, con lo que quiero hacer. No es un proyecto a largo o mediano plazo, sino inmediato. No estoy aquí para clasificar, sino para ser campeón. La gente no se cansa de celebrar y ser exitoso, sin importar lo que ocurre alrededor. Así que vamos a ser exitosos. Marco Davalillo, Phil Regan, Don Baylor, Henry Blanco hicieron lo que tenían que hacer. Vengo a terminar lo que ellos empezaron”.

Al menos el ambiente en el clubhouse cambió. Si puedes disfrutar lo que haces, entonces tendrás motivación. “Nunca había visto algo parecido en los años que llevo en el equipo”, revela una voz cercana a la cueva.

Todo el equipo, sin excepciones, subió al chárter que lo trasladó de Porlamar a Valencia, ataviado con camisas hawaianas. Una foto en las redes sociales comenzó a hacerse viral. Núñez lo ideó al comienzo de la pretemporada. Colgó una camisa de flores multicolor en la pizarra con la información de las sesiones diarias.  

“Contamos las horas para ponernos la camisa hawaiana. No podíamos dormir por las expectativas. No sólo por venir aquí, sino para comenzar a competir. Hicimos énfasis en la preparación física, unas prácticas muy particulares. Se motivó, se cuestionó y al fin y al cabo se entendió cuál era propósito, que no es otro que estar en la Serie del Caribe. No nos queda otra, que hacer los 27 outs todos los días”.

Núñez ha bebido de la estrategia que vio en el terreno con Buddy Bailey y Ozzy Guillén, dos de los roles modélicos que sigue como manager, pero también ha recibido consejos de Eduardo Pérez y Luis Sojo, de “mucha gente del gremio”, que se le ha acercado para darle ánimos y alguno que otra sugerencia.  

“Me han aportado ideas, ejemplos, datos. No tengo palabras para agradecerlo. Ha sido muy bonito. Siento que he recibió cobijo de todas esas figuras que me acompañaron a lo largo de mi carrera, dentro y fuera del terreno”.

Pero, ¿qué tipo de beisbol desarrollará con Margarita? ¿Cuál es su idea sobre el juego? ¿Se inclinará por las estadísticas o las corazonadas?

“Vamos a jugar el beisbol como se debe hacer, sencillo. Haremos todo, como si se tratara del último día de nuestras vidas. Estoy seguro que, teniendo eso en mente, nadie querrá ser recordado por correr mal en las bases o por no lanzarse a tomar una pelota, o por perder una seña. Si hay que trabajar las 24 horas, lo haremos”.

 

Alex Núñez asume con irreverencia el cargo de manager y apuesta a un presente promisorio

 

ADIÓS AL PASADO, BIENVENIDO EL PRESENTE

Núñez no quiere que su equipo sea comparado con otras versiones de los Bravos. No quiere volver la mirada atrás. No perteneció a aquellos procesos en los que las derrotas superaron los triunfos, la mayoría de las veces. Así que no evalúa resultados de otrora. Promete presente.

“En el meeting principal que hice con el equipo, les dije a los muchachos que escribieran en una hoja todo lo querían dejar atrás y el 90% dijo que deseaba dejar de ser perdedor. Entonces, pusimos una canasta de basura vacía en las que se podía leer ‘El Pasado’, en letras grandes, y dejamos todo lo malo ahí. La gente entendió que empezábamos desde cero y que los 300 kilos que temíamos sobre la espalda, los dejamos atrás. Empezamos una temporada fresca, desde cero”, destaca. “Las estadísticas de los últimos 15 años las agarré y las quemé en frente ellos. No valen para mí. Tenemos una hoja en blanco que vamos a empezar a escribir. Se trata de una nueva novela, cada quien escribirá su argumento, su capítulo,0 y que todos se conviertan en protagonistas”.

El bisoño estratega se expresa con una seguridad que contagia. Si tratara de ganar feligreses para una nueva iglesia, no tendría problemas.

“Me visualicé como manager campeón en el primer año. Se me hizo fácil. Modestia aparte”.

Las derrotas llegarán y tendrá que lidiar con ellas, pero es mejor pensar en los triunfos. “Celebrar, en lugar de lamentarse”.

“El que falla siete veces y conecta tres hits por 10 años, es un Salón de la Fama. Les dije a los muchachos que no tengan miedo a equivocarse. Siempre habrá otro día y vamos a jugar sin miedo. La gente viene a ver un buen espectáculo y se lo daremos”.

Es mejor olvidar el pasado y vivir en el presente. El mañana nunca muere.

“Los equipos diferentes hacen cosas diferentes. Son los que ganan. El mensaje llegó. Salimos de hawaianos rumbo a la Serie del Caribe”.

Será una temporada distinta en Margarita. No hay duda sobre eso.

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